martes, 18 de mayo de 2010

Me cansé.

Dándome un momento para poder reflexionar, mis dedos comienzan a presionar teclas con la intención de plasmar algunas palabras en este sitio; palabras que están llenas de sentimientos y que, de cierto modo, intentarán expresar cómo actualmente me siento.
Intento escribir sin explotar de tantas emociones, pero de mis ojos solo caen las lágrimas que he contenido durante tanto tiempo, esas que he ocultado detrás de muchas sonrisas y que han pasado desapercibidas por las ganas que tenía de vivir, pero que hoy ya no están.
Estoy harta de todo lo que sucede a mi alrededor. Estoy cansada de recorrer un camino que ni siquiera sé a dónde me lleva. Mis metas se han alejado y mis sueños se han vuelto cada vez más inalcanzables. Todo lo que un día quise ya se fue y aquello que me quedaba por una u otra razón tuve que decirle adiós. La soledad me embarga y unas ganas enormes de comprar un boleto al fin del mundo se tornan cada vez más fuertes. No sé que hacer, simplemente no sé qué hacer. 
Quisiera salir corriendo y perderme entre infinitos pasos. No doy más. ¡Cómo no comprenden que ya no aguanto más! No tengo fuerzas y, sinceramente, no sé de dónde sacarlas. Mi alma está cansada de gritar en silencio, el tiempo solo la ha desgastado hasta llegar a un punto de ni siquiera poder cantar por este nudo en la garganta que tanto aprieta. 
A veces creo que si cierro fuertemente mis ojos, al abrirlos estaré en un mundo muy diferente; un mundo lleno de felicidad y tranquilidad donde no haya amor mal visto ni personas llenas de veneno para lanzar, sin embargo, cuando lo intento, cuando cierro mis ojos, despierto luego en un mundo de mierda, un mundo tan jodido que no hay forma de transformarlo; un mundo lleno de personas prejuiciosas y dispuestas a destruir(te).
Me siento sola. ESTOY SOLA. Solo tengo a mi alrededor una ganas enorme de decir adiós a todo, unas ganas inmensurables de cerrar mis ojos y no desperar más. Insisto, ya estoy harta de fingir sonrisas, de tragarme toda la mierda que me arrojan y de ni siquiera poder protestar. Me cansé de entregar alegría al mundo y sólo recibir humillaciones de vuelta. Me cansé... Simplemente me cansé de todo esto.

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