domingo, 24 de octubre de 2010

Nunca hubo punto medio

Vamos equilibrando aquel punto medio que un día creí encontrar, aquel punto medio misterioso que surgió de lo más recóndito del infinito, que complementó mi alma dejándola al descubierto y en el que perdí mis extremos para ser parte de una armonía.
Es un punto medio que se desborda, impulsivo ante cualquier novedad, que se pierde en sí mismo y colapsa entre cada extremo, un punto medio que jamás existió.

viernes, 1 de octubre de 2010

Puaj

Me siento extraña, es por eso que escribiré aquí un poco de todo lo que he pensado.
¿Habré vuelto a tropezarme conmigo misma? No sé que siento, pero sé que me está doliendo. Definitivamente guardarse las cosas no es lo mejor -nótese que me estoy desmoronando en este preciso instante-. No estoy llorando si eso es lo que piensan, pues créanme que agradecería ese gesto de mi cuerpo. Pero no. Va más allá de algo físico o corporal: me duele el alma, el corazón... El pasar del tiempo.
¡Como quisiera sentarme a conversar con alguien para contarle mi vida! Decirle todo lo que he sentido y cargado estos años y que me pudiese comprender, que pudiese ponerse en mi lugar sin juzgar o criticar, pues siento tantas cosas que no puedo explicar y que me encantaría exteriorizar, pero sé que nadie las entendería, así que...  ¿Para qué?
Que vivo, que siento, que muero, que dejo de sentir, que revivo, que vuelvo a morir... Ya basta, por favor, no más. Ya no sé qué es peor; si estar vivo sintiendo dolor o estar muerto y no sentir nada... Realmente no lo sé.
Siento esos nudos atando mi garganta, siento ese vacío lleno de cargas dentro del alma, siento esas lágrimas ahogándome el corazón, siento como las palabras me arrastran por un camino donde ni siquiera un acorde puede hacerme llorar para liberar un poco de todo esto... Siento fluir mi interior y como este se desvanece poco a poco...